La industria de la moda está enfrentando problemas por una nueva decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Él impuso aranceles (impuestos extra) muy altos a productos que vienen de países como Vietnam, Camboya, China e Indonesia, que son lugares donde muchas marcas fabrican su ropa y calzado. Esto hizo que las acciones (el valor en bolsa) de empresas como Nike, GAP e Inditex (la dueña de Zara) bajaran bastante.
Nike, por ejemplo, fabrica casi todos sus zapatos en Asia, así que este cambio le afecta mucho. Sus acciones bajaron un 15% en un solo día. Inditex también sintió el golpe, ya que vende mucho en Estados Unidos. Sus acciones cayeron más del 2%.
Las marcas ahora tienen un gran problema: o pagan esos impuestos extra ellas mismas (ganando menos dinero), o suben los precios para los clientes (lo que puede hacer que la gente compre menos).
Además, muchas empresas dependen de Asia porque es más barato fabricar allá. Cambiar la producción a otros países no es fácil ni rápido, y hacerlo en EE.UU cuesta mucho más.
Algunas marcas están buscando otros países para fabricar sus productos, pero no todos tienen la infraestructura o capacidad para producir a gran escala.
Inditex ha tomado una decisión diferente: Fabricar parte de su ropa en países cercanos a Europa, como España, Portugal, Marruecos o Turquía. Así puede evitar muchos de estos impuestos, entregar más rápido y mantener buenos precios.
Su director general dice que lo más importante ahora es no depender de un solo país o mercado, sino tener varias opciones para poder adaptarse cuando las cosas cambian.